miércoles, 21 de julio de 2010

EJEMPLOS DE PROTECCION DE LA MEDALLA DE SAN BENITO

emplos de la protección de la Medalla de San Benito

Ejemplo 20

En el mismo año (1863), en Andabres (Hérault), la Srta. R. G. estaba amenazada por la aparición de un tumor canceroso en la cabeza, que se había manifestado dos años antes. Se le había formado una glándula dolorosa, resistente a todos los procesos curativos empleados. Una noche, antes de acostarse, la joven tuvo la idea de ponerse una medalla de San Benito en la cabeza, encomendándose al santo Patriarca. Se durmió profundamente y al día siguiente, al sacar la medalla, se dio cuenta de que la glándula había desaparecido totalmente.

Ejemplo 21

En Limoges, en 1864, en la casa de las Hermanas de San José, una postulante le mostró a una de las superioras el brazo, que denotaba la presencia de un cuerpo extraño. Sentía agudos dolores, lo que hacía presumir que fuera la aguja de una abeja; y de hecho, al mover el brazo, se comprobaba que no podía ser otro el objeto introducido. Mandaron llamar a un médico, esperando que con una incisión liberaría a la enferma. Pero, de repente, antes de la llegada del médico, la enfermera se acordó de la medalla de San Benito. La aplicó inmediatamente sobre el brazo enfermo, y después de rezar en común cinco Padre Nuestros y cinco Ave Marías, seguidas por la invocación a San Benito, la postulante preguntó: “¿Y si trato de hacer salir la aguja?” “Inténtelo”, respondió la enfermera. Los esfuerzos fueron completamente inútiles y sólo tuvieron como resultado aumentar el sufrimiento. Entonces dijo la enfermera: “Presione de un lado con la medalla”. La hermana obedeció; y apenas había presionado de un lado del brazo, la aguja apareció del otro, y así se consiguió extraerla fácilmente y sin dolor. Cuando el médico llegó, ya no tenía nada que hacer.

Ejemplo 22

En Montauban, en 1865, una señora enferma estaba en cama sin poder moverse desde hacía dos años y medio, y todo llevaba a creer que quedaría paralítica para el resto de la vida. Un día en que le habían llevado la Sagrada Comunión, una Hermana de la Caridad que estaba de visita, le colocó con dificultad la medalla de San Benito entre los dedos, y consiguió con grandes esfuerzos llevar la mano de la enferma al pecho, esperando que el contacto con ese objeto sagrado pudiera producir algún efecto benéfico. De inmediato la enferma sintió una viva conmoción en todo su ser, comenzó a transpirar abundantemente, y dejó escapar de sus labios estas palabras: “Estoy curada”. Enseguida volvió el movimiento a sus miembros, se levantó con presteza, quitándose las frazadas que durante tanto tiempo la habían envuelto, y se vistió con la ropa que usaba antes de caer enferma. Al día siguiente se dirigió a la iglesia a fin de agradecer a Dios la cura repentina.

Ejemplo 23

En S..., en la diócesis de Mans, en 1868, una señora sufría dolores agudísimos, motivados por una neuralgia en la cabeza, causada por un diente en mal estado. Se habían intentado todos los remedios habituales sin que produjeran efecto alguno. La enferma recurrió entonces a la medalla de San Benito, y la conservó apoyada sobre la cara, pero sin sentir ningún alivio. Cerca de media hora más tarde, con la medalla siempre sobre el rostro, recibe la visita de un vecino y expresa, con voz entrecortada, cuán insoportables eran sus sufrimientos. La visita, compadecida, le sugiere que un poco de aguardiente, conservado en la boca, tal vez pudiera aliviar algo el dolor; y como no había aguardiente en la casa, manda una persona a buscarla a toda prisa, a la suya. No había llegado al umbral de la puerta cuando el dolor cesa súbitamente, y desde esa ocasión el dolor ya no retornó. San Benito, cuya medalla había sido empleada sólo después de los auxilios médicos, no permitió que un medio material reemplazase el empleo del glorioso emblema de su poder, y curó instantáneamente a la enferma.

EVANGELIO DEL DIA

Evangelio del día

Mt 13, 1-9.

Dar frutos.

Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: “El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y éstas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que tenga oídos que oiga!”.

Reflexión:

La semilla de la Palabra de Dios cae en nuestros corazones y debemos ser constantes y vigilar para que ésta produzca frutos a su debido tiempo, porque la Palabra está amenazada por varias cosas: el demonio, que busca arrancarla de nuestra alma y hacernos olvidar de Dios; las tribulaciones, que tratan de desanimarnos y acobardarnos para que abandonemos el buen camino; las preocupaciones del mundo, que nos hacen olvidar de la Palabra y así terminamos pensando como los mundanos y no damos frutos. Entonces hay que vigilar y orar incesantemente para que esa Palabra atraviese todas las dificultades y al final produzca sus frutos a la medida de cada uno: unos treinta, otros sesenta, otros cien.

Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de rezar mucho, pues todas las gracias nos vienen a través de la oración, y ésta nos evita innumerables peligros de todo tipo.

Jesús, María, os amo, salvad las almas.

CONTROL MENTAL PARA BAJAR DE PESO

CONTROL MENTAL PARA BAJAR DE PESO

El secreto para controlar la obesidad no está sólo en la alimentación sino que reside en la mente humana, que es la que se ocupa de modificar la actitud personal hacia las comidas y ayuda a lograr la figura corporal deseada.

A los 15 años yo medía 1,67 m. y pesaba 94 kilogramos. Todos me llamaban “el Gordo”. Sufrí mucho, me sentía discriminado y avergonzado porque tenía un cuerpo que no le gustaba a nadie, y mucho menos a mí. En esos días inicié mis primeras prácticas de control mental y desarrollé este sistema para lograr la figura ideal. Tres meses después había bajado 23 kilos, practicaba remo, estaba entre los primeros estudiantes de la Secundaria y me llamaron para integrar el equipo de básquet del colegio. Llegué a medir 1,83 y mi peso era de apenas 71 kilos. Desde entonces mi vida es muy activa, me alimento de acuerdo con lo que me agrada; manteniendo ágil mi cuerpo, la mente y pleno el espíritu. El método está perfeccionado y ya fue utilizado con el mismo éxito por muchas otras personas.

La mente humana funciona como una excelente computadora. Pero, a diferencia de la máquina, no quiere que alguien la programe ya que puede hacerlo por sí misma. Lamentablemente, el estrés de la vida cotidiana provoca una mala programación y eso afecta todos los aspectos de la vida de la persona. Por ello debemos cambiarla, colocando la programación adecuada. En este caso mostraremos que para conseguir una figura esbelta se requiere perseverancia en las ejercitaciones de control mental, unos minutos diarios y suficiente confianza en las posibilidades personales.

Para realizar este ejercicio de desarrollo mental la persona debe permanecer acostada, de espaldas, sobre una superficie no demasiado mullida, con los párpados bajos buscando disolver todas las ideas y pensamientos que aparezcan. Se recomienda oír música que invite al relax muscular o iniciar una respiración lenta, pausada y profunda. Seguidamente imaginará un color agradable. Ese color actuará a modo de elemento de limpieza, para que surja una idea de blancura, símbolo de paz y armonía vigorosa. Esa mancha blanca luego se transformará en un rectángulo.

El comienzo requiere decisión, continuidad y algún esfuerzo, dependiendo que la ejercitación resulte más o menos simple de acuerdo con la experiencia previa que el practicante tenga en relax y concentración. La imagen se esfumará una y otra vez, en los primeros intentos, si la concentración no ha sido adecuadamente practicada. Es por eso que conviene iniciarse haciendo los ejercicios al despertar y antes de dormir. Unos minutos cada vez.

Cuando se está bien entrenado, la figura rectangular blanca y resplandeciente aparecerá en la imaginación con sólo pensarla. Inclusive estando con los párpados abiertos, de pie o caminando.

El rectángulo luminoso es el objeto sobre el que hacemos las programaciones. Primero tomamos conciencia de la figura que buscamos lucir en el futuro. Así, producido el rectángulo, formamos en él figuras. La primera de la izquierda será nuestra imagen del pasado. La que tuvimos hace muchos años. La del medio: la actual. Allí nos mostraremos tal cual somos. Con todos los defectos físicos que nos atribuimos. A la derecha aparece la imagen aquella que queremos lucir. La que queremos tener ya mismo.

Esta programación hay que hacerla todos los días. En cada ocasión veremos de detenernos en detalles precisos de cada figura, buscando qué desearíamos eliminar de lo que fuimos, qué buscamos cambiar en lo que somos y las características de la imagen ideal deseada, prevista para el futuro. No solamente se trata de bajar de peso, también puede ocurrir que la persona se sienta demasiado delgada y busque lograr unos kilos de más. O bien tener una figura erguida.

Cuando el entrenamiento nos permita visualizar imaginariamente, de forma rápida, la programación anterior, significa que estamos preparados para realizar una programación psíquica positiva tendiente a la modificación de nuestro sistema corporal de acuerdo con lo que estamos deseando.

Con el paso de los días su apetito se adecuará naturalmente permitiéndole conseguir la silueta que realmente desea. Sin exigencias concientes. Esto se debe a que actúan mecanismos del psiquismo profundo. Usted sólo notará cambios físicos, pero “algo interior” será la causa.

A medida que su figura se aproxima al ideal deseado continúe trabajando con las programaciones, pues si se deja estar es probable que el proceso se interrumpa volviendo a la situación anterior. En cambio, si sigue practicándolo, encontrará otras notables aplicaciones.

No desvalorice el método por su sencillez. Aunque parezcan muy simples, las técnicas necesitan esmero y dedicación. Recuerde que el requisito esencial es no interrumpir las programaciones matinales y nocturnas y hacerlas pausadamente. Si el cuerpo comienza a modificarse muy rápido consulte al médico para obtener un apoyo psicofísico. Es más, conviene que durante el desarrollo de toda esta programación usted se mantenga con control médico, de manera que los resultados obtenidos estén profesionalmente supervisados desde el principio.


Un ejercicio sencillo

El ejercicio central consiste en que cada mañana, justo al despertar, forme su rectángulo luminoso. Vea su figura tal como era en el pasado y también como es en el presente. Seguidamente disuelva ambas. Dedíquese , sólo, a visualizar su meta. Busque imaginar con la mayor claridad que le resulte posible, cada vez, la silueta que desea tener. Mientras hace la visualización, busque impregnarla con sus mejores emociones y un intenso sentimiento de certeza en el logro del objetivo. Después, pase a observar en el rectángulo estas frases, en secuencia, y de a una por vez:

ES MI META, HACIA ALLÍ VOY

ESE SOY YO, VOY A LOGRARLO

LO ESTOY LOGRANDO

ESTÁ LOGRADO

En ese orden. Repítalo antes de dormirse, por la noche.

Si su problema es el exceso de peso o falta del mismo, la programación mental que deberá utilizar es:

COMO SÓLO LO NECESARIO

Forme EN su pantalla imaginaria imágenes donde usted mismo se encuentra frente a mesas servidas en abundancia, por las que pasa sin consumir más que lo necesario para alimentarse adecuadamente de acuerdo con sus deseos. También imagine que se sienta ante un plato lleno de comida, del que sólo toma una pequeña cantidad que le brinda placer y satisfacción.