LA MASONERIA( origen)
La francmasonería o masonería es una institución de carácter iniciático, filantrópico, filosófico y progresista, fundada en el sentimiento de fraternidad, igualdad y libertad. Tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y fomenta el desarrollo intelectual y moral del ser humano, además del progreso social. Los masones, tanto hombres como mujeres, se organizan en estructuras de base denominadas logias, que a su vez pueden estar agrupadas en una organización de ámbito superior normalmente denominada "Gran Logia", "Gran Oriente" o "Gran Priorato".
Es filosófica porque orienta al hombre hacia la investigación racional de las leyes de la naturaleza, invita al esfuerzo del pensamiento que va desde la simbólica representación geométrica hacia la abstracción metafísica.
Es filantrópica porque practica el altruismo, desea el bienestar de todos los seres humanos y no está inspirada en la búsqueda de lucros personales de ninguna clase. Sus esfuerzos y recursos están dedicados al progreso y felicidad de la especie humana, sin distinción de nacionalidad, raza, sexo ni religión, para lo cual tiende a la elevación de los espíritus y a la tranquilidad de las conciencias.
Es progresista Es progresista porque enseña y practica la solidaridad humana y la absoluta libertad de pensamiento. La Masonería tiene por objeto la búsqueda de la verdad desechando el fanatismo abordando sin prejuicios todos los nuevos aportes de la invención humana, estudia la moral universal y cultiva las ciencias y las artes y no pone obstáculo alguno en la investigación de la verdad. (fuente: Logia José Artigas)
Los masones: ("constructores de piedra") Este movimiento es considerado como la orden fraternal más grande que alcanzó niveles mundiales. En un primer momento, las cofradías masónicas se limitaban a los trabajadores. No obstante, en el contexto de la reforma, sobre todo en Inglaterra, estas fraternidades comenzaron a aceptar hombres provenientes de sectores altos de la sociedad. De esta manera, las cofradías se convirtieron en sociedades dedicadas a ideas generales, como la fraternidad, la igualdad y la paz. Sus reuniones eran citas sociales, núcleos de sociabilidad. 1717 dio lugar a la Gran Logia para Londres y Westminster, producto de la unión de cuatro cofradías, situadas en la capital inglesa. Seis años más tarde tomaría el nombre de Gran Logia de Inglaterra. Esta logia se convirtió en la precursora de todas las uniones masónicas, y de ella surgieron todas las otras logias reconocidas. En 1725 se fundó la Gran Logia de Toda Inglaterra, en York, la de Irlanda se creó en junio del mismo año, y la de Escocia en 1726.
Los sectores dedicados al comercio en Inglaterra consideraron a la masonería libre un medio de promoción social. De esta manera, los ideales masónicos de tolerancia religiosa e igualdad iban en consonancia con el espíritu del liberalismo emergente durante el siglo XVIII. Es más, una de las reglas básicas de las órdenes masónicas del mundo angloparlante ha sido considerar a la religión como un asunto personal de cada individuo.
En Estados Unidos, las primeras logias fundadas bajo la autoridad de la Gran Logia de Inglaterra, fueron la Primera Logia de Boston y la de Filadelfia, establecidas ambas en 1733. Antes de la guerra de la Independencia (1775), ya había unas 150 logias; en la actualidad, los estadounidenses representan el 75 por ciento del total de masones del mundo, unos 4,5 millones de personas.
Los ritos masónicos: las prácticas masónicas actualmente más usadas son el Rito de York y el Rito Escocés. En cuanto al primero, data del siglo XVIII, adquiere en su primera fase el nombre de Capitular, los miembros correspondientes a este nivel son los masones del Arco Real (4 grados). En su segunda fase recibe el nombre de Críptica, y sus miembros son los masones Reales y Selectos (3 grados); en su fase final Caballeresca, concede a los miembros el título de Caballeros Templarios (3 grados). Por su parte, el Rito Escocés se originó en Charleston (Carolina del Sur), en 1801 y contempla 33 grados.
Origen de los tres primeros grados: La gran mayoría de los masones libres del mundo no progresan más allá de los primeros tres grados, basados en la leyenda de la muerte de Hiram Abif, conocido como el arquitecto del templo de Salomón.
Según una versión de esta leyenda, Abif (imagen) era el único conocedor de los secretos de los maestros masones, entre los cuales se hallaba la palabra secreta masónica, es decir, el nombre oculto de Dios. La tradición ocultista nos, dice que saber el nombre de una deidad equivale a poseer su poder. De ahí que se supusiera que Abif manejaba el poder de Yahvé y poseyera muchos otros secretos que, una vez finalizada la construcción del templo, pasarían a los otros artesanos, que se convertirían a su vez en maestros masones.
Cuentan que, llegado el mediodía, el insigne arquitecto tenía la costumbre de ir al Sancta Sanctorum para orar a Yahvé y planificar las obras del día siguiente. Uno de esos días, al terminar sus oraciones, Hiram Abif, se topó con el desagradable final de su historia de modo inesperado. Saliendo por la puerta sur del templo, le flanqueó el paso Jubela, el primero de sus verdugos, que armado con una especie de regla vertical, le conminó a que le revelara sus secretos. Abif no perdió el aplomo ante la clara amenaza de muerte a la que se enfrentaba y contestó que sólo tres personas en el mundo los conocían y sin su consentimiento no podía divulgar ningún secreto. Furioso, Jubela enarboló la regla y asestó un golpe en la cien derecha a su maestro, que dobló la rodilla por el impacto, aunque pudo alcanzar la puerta occidental donde, desafortunadamente, no fue ayuda lo que encontró. Allí estaba Jubelo, otro de sus aprendices, que también le propinó un golpe, en este caso en la sien izquierda, haciéndolo doblar la rodilla del mismo lado. Arrastrándose y perdiendo grandes cantidades de sangre, Abif llegó a duras penas a la puerta oriental, donde fue rematado por Jubelum, que usó una gran maza de piedra para aplastarle la frente.
No les quedó otra salida a los tres asesinos que ocultar el cuerpo del arquitecto para evitar la ira del rey Salomón y escapar del país para no ser descubiertos. Escondieron provisionalmente el cuerpo de Hiram Abif bajo unos cascotes y al llegar la medianoche, lo trasladaron a la cima de una colina para enterrarlo. La sepultura fue señalizada con una rama de acacia y hecho esto, los criminales intentaron darse a la fuga. No tuvieron éxito porque no consiguieron que ningún barco los sacara del país y tuvieron que guarecerse en los montes.
Mientras tanto, la ausencia de Abif llegó a oídos del rey Salomón que envió a varias personas a buscarle. La gravedad de la situación hizo que la verdad tardara poco en aflorar gracias al testimonio de doce trabajadores del templo que confesaron al rey que ellos y otros tres más (Jubela, Jubelo y Jubelum) habían conspirado para arrancar los secretos masónicos a su maestro.
En el último momento habían dado marcha atrás, pero supusieron que los otros no, dando muerte a su jefe. Agradecido por su honestidad, el rey los envió en grupos de tres para buscar el cuerpo de Hiram Abif.
Tras varias semanas de búsqueda dieron con los restos del arquitecto e informaron a Salomón de su hallazgo. Éste les ordenó levantar el cadáver de la sepultura mediante el «apretón de manos de un aprendiz», correspondiente al primer grado de la masonería. Al fracasar en su intento, el rey les dijo que probaran el «apretón de manos de un artesano compañero», del segundo grado. Tampoco lo consiguieron, y, entonces, el mismo Salomón se presentó en el lugar donde yacía Abif para levantarlo con el «apretón de manos de un maestro masón», o tercer grado. Gracias a ello, no sólo pudo levantarse el cuerpo sino que la vida regresó a él de nuevo. La primera palabra que pronunció en su nuevo estado, fue recogida por los masones y utilizada en sustitución de la perdida con su muerte. Desde entonces ha sido trasmitida de generación en generación hasta la actualidad. Muchos historiadores y escritores masones enmarcan la historia de Hiram Abif dentro del mito, mientras que otros están convencidos de su autenticidad.
Acerca de los tres primeros grados de la masonería, los investigadores británicos Christopher Knight y Robert Lomas dicen en su libro La clave masónica: «El personaje central de la masonería libre es el constructor del templo de Salomón, Hiram Abif, que fue asesinado por tres de sus propios hombres. La muerte estilizada y resurrección del candidato es el hecho que convierte a uno en “maestro masón” y cuando está levantado de su tumba, el lucero de la mañana está en el horizonte».
La logia de los Illuminati:
Varios grupos sin conexión entre sí se han identificado con el nombre illuminati, que en latín significa «alumbrados» o «iluminados». En algunos casos, esta denominación se debía a la posesión de textos gnósticos u otra información oculta no disponible para el público. En el siglo XV, otros grupos afines reivindicaron que la iluminación venía del interior de cada persona como resultado de una conciencia alterada o de un despertar de la conciencia. Los «alumbrados» españoles pertenecían a este último tipo. Las primeras referencias históricas a los «alumbrados» en España se remonta a 1492. Éstos tenían un origen gnóstico, y su filosofía se extendió en la Península gracias a la influencia italiana. Uno de sus primeros líderes, fue una campesina nacida en Salamanca, conocida como la beata de Piedrahita, cuyas pretendidas conversaciones con la Virgen y Jesús llegaron a conocimiento de la Inquisición de 1511, aunque gracias a un protector no tuvo que enfrentarse al todopoderoso organismo. Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, no fue tan afortunado. En 1527, cuando estudiaba en Salamanca, fue llevado ante un comisión eclesiástica acusado de simpatizar con los «alumbrados» consiguiendo eludir el castigo con una amonestación. Otros acusados de Toledo fueron sometidos a latigazos y encarcelamiento en 1529. En los años siguientes, y hasta principios del siglo XVII, muchos otros «alumbrados» fueron perseguidos por la Inquisición, sobre todo en Córdoba.
En su novela Ángeles y demonios, el escritor estadounidense Dan Brown plantea que Galileo era miembro de los Illuminati. Una afirmación sin otra validez que la de aportar intriga a la trama de la novela. Sí que es cierto, por otra parte, que en 1610 fue invitado a formar parte de una sociedad italiana de científicos e investigadores llamada Academia de los Linces (Academia del Lincei), fundada por Federico Cesi en 1603.
El nombre de este grupo procedía de Lynceus, el argonauta de la mitología griega dotado de una perspicaz vista. Junto con Cesi, el matemático Francesco Stelluti, el médico Johannes Eck, de los Países Bajos, y Anastasio de Fillis fueron los primeros miembros de la Academia, y vivían en comunidad en la casa del fundador, donde el anfitrión les proporcionaba libros y equipos de laboratorio. En un documento de 1605, se publicaron los objetivos de la Academia:
no sólo adquirir conocimiento de cosas y sabiduría y vivir juntos legal y píamente, sino también mostrarla a los hombres de una manera pacifica, tanto oralmente como por escrito, sin causar daño.
Tanto el padre de Cesi como los aristócratas romanos estaban en contra de la Academia de los Linces. Acusaron a sus miembros de practicar magia negra, oponerse a la doctrina católica y llevar una vida escandalosa. Eck fue obligado a marcharse de Roma y durante algún tiempo sus miembros estuvieron esparcidos. Sin embargo, Cesi mantuvo la unión de los miembros por correspondencia.
Galileo fue el miembro más famoso y las publicaciones más prestigiosas de la Academia de los Linces fueron las suyas. En primer lugar apareció su «Tratado sobre las manchas solares» (1613) y luego, «El ensayador» (1623). Con la captación de Galileo, el número de miembros del grupo creció hasta 32. La muerte de Cesi, en 1630, precipitó el fin de la Academia.
El Priorato de Sión: Esta sociedad secreta, menos conocida, salió a la luz por el protagonismo que le concedió el mencionado Dan Brown en El código Da Vinci. En este bestséller mundial, se habla del Priorato de Sión como la sociedad que protege uno de los secretos más guardados del cristianismo no ortodoxo: la supervivencia de Jesucristo, su matrimonio con María Magdalena, sus tres hijos y su huida a Francia. El contenido místico de Brown se apoya en buena medida en el libro de investigación de Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln, El enigma sagrado. Estos investigadores realizan una serie de afirmaciones sobre esta sociedad, empezando por decir que su historia comienza con la creación de la orden de los Caballeros Templarios, que fueron su brazo armado. El objetivo principal del Priorato era restaurar la dinastía merovingia, que gobernó el reino de los francos entre 447 y 751, en las monarquías de Europa y en el Reino de Jerusalén. Dicha orden, por lo tanto, protegía a los que consideraba los descendientes auténticos de Jesús y María Magdalena. (Ver Màs Sobre Este Tema)
También especulan sobre las metas últimas del Priorato de Sión, donde la restauración monárquica adquiriría la forma de un Imperio Sagrado Europeo cuyo objetivo sería preparar el camino hacia un Nuevo Orden Mundial de paz y prosperidad. Para lo cual habría que sustituir la Iglesia católica romana por una religión estatal ecuménica y mesiánica, que contaría con el Santo Grial y las reliquias perdidas del antiguo templo de Herodes. Finalmente, se prepararía y coronaria al rey ungido del Gran Israel.
Ambos libros ofrecen una lista ininterrumpida de los grandes maestros del Priorato de Sión entre los siglos XII y XX, incluyendo a personajes como Leonardo da Vinci, Robert Fludd, Robert Boyle, Isaac Newton y Claude Debussy, entre otros nombres asociados también con otras sociedades secretas como los Rosacruces.
Conclusiones: Ahora bien, este recorrido por algunas sociedades secretas demuestra que las más importantes tenían vínculos estrechos con los primeros nueve templarios y con sus hallazgos bajo los establos del templo de Salomón. Además de encontrar la línea de sangre que unía a los reyes David y Salomón con las familias Rex Deus de Europa, hallaron unos manuscritos secretos, que probablemente fueran llevados hasta Rosslyn por Enrique St. Clair, el primer barón de Rosslyn. También, es posible que encontraran otras reliquias importantes durante sus excavaciones, incluso el Arca de la Alianza y el Santo Grial.
Sin embargo, los templarios a principios del siglo XIV se dispersaron, a causa de su persecución, dejando en ese vacío un amplio lugar para todo tipo de especulaciones. Se piensa que se llevaron sus tesoros, dejándolos en lugares secretos que sólo los iniciados sabrían cómo encontrar. (Ver También: Las Sociedades Secretas en el Siglo XVII)
sábado, 5 de diciembre de 2009
SOCIEDADES SECRETAS: LOS ROSACRUCES (2º parte)
¿QUÉ ENSEÑAN LOS ROSACRUCES?
Los Rosacruces enseñan una filosofía de vida que es posible vivir aquí y ahora.
No enseñan temas meramente especulativos que no tengan una aplicación práctica para el mejoramiento de la vida de cada uno de nosotros, y también para poder ayudar a otros a vivir mejor.
Todos nosotros poseemos un caudal inmenso de energías y de potencias que habitualmente desconocemos, pero que, si sabemos sacarlo a flote y aplicarlo debidamente, nos permitirá llevar una vida plena y digna de ser vivida, queriendo decir con esto una vida llena de realizaciones.
En el plano físico, capacitándonos para encontrar nuestra verdadera vocación y nuestra misión en la vida.
En el mundo mental, aprovechando el inmenso potencial de la mente y liberándonos de tensiones, conceptos erróneos y enfermedades mentales que, de una forma sutil o violenta, envenenan nuestro vivir y nos privan de la paz interior.
Esta filosofía de vida enseña, sobre todo, la fusión con los principios espirituales cósmicos, que capacitan a la persona para comprender el propósito de la Creación y poder sentir, así, la presencia permanente del Creador de todas las cosas, el Supremo Arquitecto del Universo, el Dios de nuestro corazón, que cada uno sentimos y comprendemos según nuestra capacidad.
ALGUNOS DE LOS TEMAS QUE SE ESTUDIAN
EN LAS LECCIONES GRADUADAS DE LA ORDEN ROSACRUZ
lecciones en la Orden Rosacruz
Nuestra misión en la vida.
El Cosmos y su relación con nosotros.
El cuerpo, cómo dominarlo y mejorarlo.
La Mente Humana y sus procesos de raciocinio.
Mejora de nuestros poderes mentales.
Enfermedades psicosomáticas, cómo vencerlas.
Programación positiva de la mente.
Alquimia mental.
Las Leyes Kármicas.
Principios de curación metafísica.
Cómo concentrar y utilizar la energía interior.
Proyección de la consciencia a lugares y tiempos lejanos.
Principios espirituales elevados.
Los Maestros Cósmicos, Guías de la Humanidad.
Capacidades creativas de la mente.
Principios de transmutación interna.
La Mente Cósmica, cómo acceder a ella.
Los Archivos Akhásicos.
El retorno al reino perdido.
La reintegración de los Seres.
Simbología, lenguaje espiritual.
... Y muchos otros temas de vital importancia para el desarrollo de la persona y su espiritualidad.
Los Rosacruces enseñan una filosofía de vida que es posible vivir aquí y ahora.
No enseñan temas meramente especulativos que no tengan una aplicación práctica para el mejoramiento de la vida de cada uno de nosotros, y también para poder ayudar a otros a vivir mejor.
Todos nosotros poseemos un caudal inmenso de energías y de potencias que habitualmente desconocemos, pero que, si sabemos sacarlo a flote y aplicarlo debidamente, nos permitirá llevar una vida plena y digna de ser vivida, queriendo decir con esto una vida llena de realizaciones.
En el plano físico, capacitándonos para encontrar nuestra verdadera vocación y nuestra misión en la vida.
En el mundo mental, aprovechando el inmenso potencial de la mente y liberándonos de tensiones, conceptos erróneos y enfermedades mentales que, de una forma sutil o violenta, envenenan nuestro vivir y nos privan de la paz interior.
Esta filosofía de vida enseña, sobre todo, la fusión con los principios espirituales cósmicos, que capacitan a la persona para comprender el propósito de la Creación y poder sentir, así, la presencia permanente del Creador de todas las cosas, el Supremo Arquitecto del Universo, el Dios de nuestro corazón, que cada uno sentimos y comprendemos según nuestra capacidad.
ALGUNOS DE LOS TEMAS QUE SE ESTUDIAN
EN LAS LECCIONES GRADUADAS DE LA ORDEN ROSACRUZ
lecciones en la Orden Rosacruz
Nuestra misión en la vida.
El Cosmos y su relación con nosotros.
El cuerpo, cómo dominarlo y mejorarlo.
La Mente Humana y sus procesos de raciocinio.
Mejora de nuestros poderes mentales.
Enfermedades psicosomáticas, cómo vencerlas.
Programación positiva de la mente.
Alquimia mental.
Las Leyes Kármicas.
Principios de curación metafísica.
Cómo concentrar y utilizar la energía interior.
Proyección de la consciencia a lugares y tiempos lejanos.
Principios espirituales elevados.
Los Maestros Cósmicos, Guías de la Humanidad.
Capacidades creativas de la mente.
Principios de transmutación interna.
La Mente Cósmica, cómo acceder a ella.
Los Archivos Akhásicos.
El retorno al reino perdido.
La reintegración de los Seres.
Simbología, lenguaje espiritual.
... Y muchos otros temas de vital importancia para el desarrollo de la persona y su espiritualidad.
SOCIEDADES SECRETAS: LOS ROSACRUCES
HISTORIA Y TRADICIÓN ROSACRUZ
La historia de los Rosacruces se pierde en la noche de los tiempos. La Orden Rosacruz es heredera espiritual de las antiguas Escuelas de los Misterios que florecieron en Egipto, Babilonia, Grecia y Roma, y tal vez anteriormente.
No obstante, según declaran nuestros archivos Rosacruces, un movimiento particular se produjo en las Escuelas Iniciáticas del siglo XIV, del cual deriva la actual técnica Rosacruz, tal y como es relatado en tratados Rosacruces cómo la Fama Fraternitatis, en la Confessio Rosae Crucis, y en otras publicaciones y manifiestos de nuestra Orden. Se encuentran muchas referencias a la Orden Rosacruz y a su establecimiento en muchos países de Europa en los siglos XVII y XVIII, y muchos personajes célebres y grandes benefactores de la Humanidad pertenecieron a la Orden Rosacruz.
Raimundo Lulio, Newton, Miguel Servet (conocido como defensor de la libertad de conciencia) Leibnitz, Leonardo da Vinci, Descartes, Paracelso, Beethoven y muchos otros personajes que destacaron en todas las ramas del saber y se enorgullecieron de su afiliación a la Orden Rosacruz.
... ... ...
Dicen las crónicas Rosacruces que, hace más de seiscientos años, un joven llamado Christian Rosenkreutz, ansioso de conocimiento, emprendió un viaje hacia tierras de Oriente.
Llegado a la ciudad simbólica de Damcar fue recibido por los Sabios de la misma y allí le transmitieron sus secretos, que él desarrolló y mejoró, después de algunos años de estudios en los que tuvo acceso al LIBER MUNDI, donde se pueden desentrañar los misterios más profundos de la Naturaleza.
Luego regresó a Europa, pasando primero por España donde, lo mismo que en otros piases, sus conocimientos no fueron completamente comprendidos, por lo que se dirigió a tierras de Germania (simbólicamente significa Tierra de la Hermandad) y estableció la primera Casa del Espíritu Santo.
Allí transmitió a sus discípulos y sucesores la sabiduría que había adquirido en Oriente y, cuando sus discípulos estuvieron preparados, se expandieron por todo el mundo para transmitir la Luz que habían recibido.
A edad muy avanzada, falleció Christian Rosenkreutz siendo enterrado en una tumba completamente desconocida por todos, según establecían las normas de la Hermandad.
Uno de los Hermanos de la misma, haciendo unas obras de reforma en la Casa del Espíritu Santo, descubrió la entrada de la tumba del Maestro.
Una vez abierta encontraron en ella, tanto por su construcción muy reveladora en su simbolismo, como por manuscritos y documentos allí conservados, la Sabiduría que permitía restablecer de nuevo la Orden.
Esta historia simbólica que hemos relatado revela uno de los grandes enigmas que han dejado perplejos a muchos historiadores que han pretendido conocer más acerca de nuestra Orden.
En algunos momentos de la Historia la vemos aparecer, pujante, en uno o varios países y, después, desaparecer sin dejar rastro hasta volver a aparecer de nuevo en otro país. No sólo en la crónica titulada Fama Fraternitatis, sino también en otros tratados Rosacruces, se recoge la norma de que la Orden debería estar activa e inactiva en ciclos progresivos que variaba entre los cien y los ciento veinte años.
Los Rosacruces, profundos conocedores de la Naturaleza, saben y comprenden que todo se desarrolla por ciclos. Todo nace, crece, se reproduce y muere, para volver a repetir el mismo ciclo una y otra vez. Como referencia directa tenemos las diferentes estaciones del año.
De acuerdo con este principio es necesario que la Orden Rosacruz se ajuste a los ciclos de la Naturaleza; por lo tanto, cada cierto tiempo, como norma de funcionamiento interno desde hace ya muchos siglos, la Orden aparece y desaparece según los ciclos mencionados, siendo su manifestación cada vez más perfecta y adaptada a su tiempo. Por esta razón cíclica, la Tumba Simbólica de Christian Rosenkreutz ha sido abierta de nuevo para sacar a la luz los tesoros del conocimiento Rosacruz, y ofrecerla a los sinceros buscadores de una manera práctica y moderna, perpetuándose por medio de la Orden Rosacruz.
La historia de los Rosacruces se pierde en la noche de los tiempos. La Orden Rosacruz es heredera espiritual de las antiguas Escuelas de los Misterios que florecieron en Egipto, Babilonia, Grecia y Roma, y tal vez anteriormente.
No obstante, según declaran nuestros archivos Rosacruces, un movimiento particular se produjo en las Escuelas Iniciáticas del siglo XIV, del cual deriva la actual técnica Rosacruz, tal y como es relatado en tratados Rosacruces cómo la Fama Fraternitatis, en la Confessio Rosae Crucis, y en otras publicaciones y manifiestos de nuestra Orden. Se encuentran muchas referencias a la Orden Rosacruz y a su establecimiento en muchos países de Europa en los siglos XVII y XVIII, y muchos personajes célebres y grandes benefactores de la Humanidad pertenecieron a la Orden Rosacruz.
Raimundo Lulio, Newton, Miguel Servet (conocido como defensor de la libertad de conciencia) Leibnitz, Leonardo da Vinci, Descartes, Paracelso, Beethoven y muchos otros personajes que destacaron en todas las ramas del saber y se enorgullecieron de su afiliación a la Orden Rosacruz.
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Dicen las crónicas Rosacruces que, hace más de seiscientos años, un joven llamado Christian Rosenkreutz, ansioso de conocimiento, emprendió un viaje hacia tierras de Oriente.
Llegado a la ciudad simbólica de Damcar fue recibido por los Sabios de la misma y allí le transmitieron sus secretos, que él desarrolló y mejoró, después de algunos años de estudios en los que tuvo acceso al LIBER MUNDI, donde se pueden desentrañar los misterios más profundos de la Naturaleza.
Luego regresó a Europa, pasando primero por España donde, lo mismo que en otros piases, sus conocimientos no fueron completamente comprendidos, por lo que se dirigió a tierras de Germania (simbólicamente significa Tierra de la Hermandad) y estableció la primera Casa del Espíritu Santo.
Allí transmitió a sus discípulos y sucesores la sabiduría que había adquirido en Oriente y, cuando sus discípulos estuvieron preparados, se expandieron por todo el mundo para transmitir la Luz que habían recibido.
A edad muy avanzada, falleció Christian Rosenkreutz siendo enterrado en una tumba completamente desconocida por todos, según establecían las normas de la Hermandad.
Uno de los Hermanos de la misma, haciendo unas obras de reforma en la Casa del Espíritu Santo, descubrió la entrada de la tumba del Maestro.
Una vez abierta encontraron en ella, tanto por su construcción muy reveladora en su simbolismo, como por manuscritos y documentos allí conservados, la Sabiduría que permitía restablecer de nuevo la Orden.
Esta historia simbólica que hemos relatado revela uno de los grandes enigmas que han dejado perplejos a muchos historiadores que han pretendido conocer más acerca de nuestra Orden.
En algunos momentos de la Historia la vemos aparecer, pujante, en uno o varios países y, después, desaparecer sin dejar rastro hasta volver a aparecer de nuevo en otro país. No sólo en la crónica titulada Fama Fraternitatis, sino también en otros tratados Rosacruces, se recoge la norma de que la Orden debería estar activa e inactiva en ciclos progresivos que variaba entre los cien y los ciento veinte años.
Los Rosacruces, profundos conocedores de la Naturaleza, saben y comprenden que todo se desarrolla por ciclos. Todo nace, crece, se reproduce y muere, para volver a repetir el mismo ciclo una y otra vez. Como referencia directa tenemos las diferentes estaciones del año.
De acuerdo con este principio es necesario que la Orden Rosacruz se ajuste a los ciclos de la Naturaleza; por lo tanto, cada cierto tiempo, como norma de funcionamiento interno desde hace ya muchos siglos, la Orden aparece y desaparece según los ciclos mencionados, siendo su manifestación cada vez más perfecta y adaptada a su tiempo. Por esta razón cíclica, la Tumba Simbólica de Christian Rosenkreutz ha sido abierta de nuevo para sacar a la luz los tesoros del conocimiento Rosacruz, y ofrecerla a los sinceros buscadores de una manera práctica y moderna, perpetuándose por medio de la Orden Rosacruz.
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