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Es uno de los santos mas portentoso que ha existido, habiendo conocido todos los extremos de este maravilloso mundo, que lo llevo a procurarse sabiduría de la que pocos hombres pueden sentir suficiencia.
Antes de que san Cipriano fuese cristiano, fue un gran estudioso y practicante de la magia y ciencias ocultas, su fama fue grande desde muy joven y su poder era reconocido en toda la tierra de anatolia, conocía los secretos de las plantas, de los metales, de los astros y las veladoras. Elaboraba poderosas pociones en las que lograba dominar espíritus y muertos, convirtiendo a Cipriano en uno de las más grandes nigromantes de la antigüedad.
Cuando aun no conocía a cristo, recibió la visita del otrora serafín, Lucifer, al que como el famoso Mefistófeles de Fausto, había negociado en pacto el aprender la ciencia más poderosa. A cambio el príncipe del mundo, llamado también Satán, le exigía no su alma sino tiempo y dedicación completa al estudio de la magia. Dicho libro estaba bañado en la gran laguna de los dragones rojos y tenia un encantamiento, el libro nunca se apartara de ti jamás, aun cuando quieras quemarlo o echarlo a un rió volverás a hallarle siempre en el aposento que te sirve de dormitorio. Prosiguió Satán.- Yo quiero complaceros en todo, este libro lleva entra sus hojas los signos cabalísticos del dragón rojo y de la cabra del arte, y por las virtudes mágicas de esos signos, se trasladara siempre vuestros aposentos y os acompañara a todas partes, permaneciendo invisible para todos menos para vos y para los que hayan hecho pacto conmigo. Haced con el cuantas pruebas queráis y observareis grandes maravillas. Dicho esto desapareció.
Y escribe Cipriano.- quede tan trastornado al oír estas revelaciones, que paso un gran rato sin darme cuenta de lo ocurrido, hasta que por fin me fije en el libro que estaba al alcance de mi mano y parecía incitarme a que lo leyera.
Luchando estaba entre el temor y la curiosidad de abrirlo, cuando recordé que Satán me dijo que estaba escrito en Hebreo, lengua no conocida por mi, por lo ya mas tranquilo levante la primera hoja, esperando hallar signos que no había de entender. No fue así, sin embargo, pues con admiración pude leer perfectamente lo escrito con igual facilidad que si leyera un libro en mi idioma. Volví varias hojas y halle en una de ellas perfectamente dibujados un dragón y una cabra, en actitud tranquila y colocada esta sobre aquel. La cabra tenía trazados sobre sus rodillas unos jeroglíficos que decían arte. Todo me parecía extraño, y sin embargo todo me iba siendo familiar a medida que lo miraba; pero todavía me estaba reservada la mayor de las sorpresas. El dragón y la cabra empezaron a animarse, a mover los ojos, a aumentar de tamaño y finalmente, saliendo del libro, se postraron ante mí, diciendo cada uno con voz humana.
SOY TU SIERVO, MANDA Y SERAS OBEDECIDO.
La voz de la cabra tenía un timbre parecido al balido de la oveja, y la del dragón era ronca y gruesa como el mugido de un toro. Quede sobrecogido con todo lo que presenciaba, pero al contemplar la actitud humilde de aquellos animales, saque fuerzas de la flaqueza y les dije.
Nada deseo ahora; pero si quiero me digáis como os he de llamar cuando necesite de vosotros, y que clase de servicios podéis prestarme, la cabra tomando la palabra me dijo.
Yo me llamo barbatos y este es pruslas, estamos bajo la jurisdicción d satanachia, nuestro jefe, que es ayudante del gran príncipe del mundo, Nos ha mandado a tu lado para obedecerte en todo, siempre que lo que nos mandes sea conforme al pacto hecho con nuestro soberano señor. Constantemente nos tendrás a tu lado y bastara que nombres a uno, para que nos pongamos los dos a tus órdenes.
El libro tenia por titulo TRATADO COMPLETO DE LA VERDADERA MAGIA O TESORO DEL HECHICERO.
El libro tenía una dedicatoria: dedicamos este libro al nuevo adepto de las ciencias desconocidas. LCF.
Debajo de la dedicatoria se leía: Declaro que este libro me ha mostrado la verdadera sabiduría, logrando con su estudio un dominio absoluto sobre todo lo creado. (Cipriano el mago).
CIPRIANO EL MAGO nació en Antioquia, entre siria y arabia, de padres muy ricos y poderosos, ejerció todas las artes mágicas, hasta la edad de 30 años, en que se convirtió a la religión de JESUCRISTO.
Dejo escritos infinidad de libros de hechicería, producto de sus muchos conocimientos y de las propias maravillas que ejecuto en su época de mago, y que causaron la admiración de todas las gentes,
Había en Antioquia una mujer bellísima de nombre JUSTINA, tan rica como hermosa, hija de hedeos y cledonia, los cuales la habían educado en su religión que era la de los gentiles. Justina oyó un día predicar a PRAILO, diacono a la sazon de Antioquia, y al escuchar los bellos ideales del cristianismo se convirtió a ella, logrando poco después que sus mismos padres se hiciesen cristianos.
Un joven llamado Aglaide, recurrió a CIPRIANO el mago, para que doblegara a aquella mujer que tan rebelde se mostraba a sus deseos; el cual aplico al efecto todos sus hechizos y encantamientos, invocando a los espíritus para que le ayudasen en su empresa.
Todo sin embargo resulta inútil, Justina resiste a toda clase de sortilegios, porque se hallaba bajo intercesión de la VIRGEN y auxiliada por la divina gracia de JESUCRISTO, teniendo además en las rayas de su mano derecha el signo de la CRUZ de san Bartolomé, la cual por si sola tiene poder contra toda clase de maleficios y encantamientos.
Lleno CIPRIANO el mago, de furor al verse vencido por una tan delicada criatura, se levanto contra Lucifer, y le dijo:
.- En que consiste, OH genio del averno, que todo mi poder se vea humillado por una tan débil mujer? No puedes tú tampoco con tanto dominio como posees someterla a mis mandatos? Dime luego, Que talismán o amuleto la protege que le da fuerzas para vencerme a mí y hacer inútiles todos mis sortilegios?
Entonces lucifer obligado por orden divina le respondió:
.- El señor de los cristianos es señor de todo lo creado, y yo, a pesar de todo mi dominio, estoy sujeto a sus mandatos, no pudiendo atentar contra quien haga uso del signo de la CRUZ, De esta se vale JUSTINA para evitar mis tentaciones.
Entonces CIPRIANO molesto, dice,.-Pues siendo esto así, desde ahora mismo reniego de ti y me hago discípulo de cristo.
Lo cual hizo, logrando más adelante recibir el martirio y ser contado en el número de los santos.
San Mateo 10:28
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
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